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      Síntesis final
      No ha pasado mucho tiempo desde que miles de mujeres 
        se reunieron en Beijing para la IV Conferencia Mundial de la Mujer convocada 
        por Naciones Unidas. Mientras las mujeres hacían historia y se 
        esforzaban para que su creatividad y sus ideas se reflejaran en este proceso 
        de política internacional, los medios masivos desmerecían 
        su actuación. Cinco años más tarde, la revisión 
        del proceso de Beijing volvió a reunir a las mujeres para evaluar 
        el progreso alcanzado. Este informe es posterior a esa revisión. 
        Mujeres de Africa, Asia, Pacífico, los países árabes, 
        América Latina y el Caribe, Europa y Norteamérica se han 
        ocupado de la situación de las mujeres y los medios en sus regiones, 
        considerando los éxitos, las brechas que todavía existen, 
        los obstáculos y las nuevas temáticas. En seis años, 
        la situación no ha cambiado demasiado, pero podemos decir que las 
        mujeres han obtenido progresos en su relación con los medios de 
        comunicación. 
      Seis años después, es posible constatar 
        que los medios masivos de comunicación, en todas las regiones del 
        mundo, continúan manejando con estereotipos y trivializando las 
        necesidades y preocupaciones de las mujeres. Aquellas que trabajan en 
        los medios todavía ocupan las posiciones más bajas y el 
        techo de cristal es muy real, y alto. A pesar de que más mujeres 
        estudian en las escuelas y facultades de periodismo y comunicaciones, 
        también son muchas las que abandonan la profesión. En su 
        lugar de trabajo, experimentan discriminación, acoso sexual y la 
        sensación de que son ciudadanas de segunda clase.  
 
      "El acceso a Internet continúa siendo 
        la manera más democrática de buscar información, 
        la forma más barata de comunicación, una de las herramientas 
        más importantes para fortalecer la capacidad de una organización 
        También, a veces es el único camino para que los pioneros 
        en actividades ciudadanas en nuestra sociedad superen la sensación 
        de aislamiento y alcancen una comunidad con la que se comparte un mismo 
        espíritu. El desarrollo de la tecnología de la información 
        y la comunicación para las mujeres las pone ante un nuevo desafío 
        para salir de la desazón de la vida cotidiana, lograr un futuro 
        más sostenible porque a través del acceso a los recursos 
        de Internet las mujeres reciben variadas posibilidades de expresarse y 
        de debatir los cambios que son necesarios en nuestra sociedad". (Anna 
        Syomina, de Mama86) 
       
       
      
      Los avances logrados por el sector de las telecomunicaciones han sido 
        recibidos como una suerte de bendición por las organizaciones y 
        redes de comunicación de las mujeres. Ellas ven a las nuevas tecnologías 
        de la información y de la comunicación (NTIC) como una oportunidad 
        de progreso, que les permite hacer sus sueños realidad. Las mujeres 
        sienten que es más fácil adaptarse a las nuevas tecnologías 
        y que son más democráticas y participativas que los medios 
        convencionales. Desafortunadamente, las tecnologías no pueden cambiar 
        los sistemas sociales, políticos y económicos opresivos, 
        pero si se las usa de manera correcta y con imaginación, tienen 
        el potencial para acortar la brecha tecnológica que separa a los 
        ricos de los pobres.  
      
      Los ejemplos que muestran las mujeres de distintas 
        regiones del mundo que han trabajado a lo largo y a lo ancho de países 
        y continentes, sugieren que la cooperación es posible. Pero, por 
        supuesto, no se debe idealizar. Existen cuestiones como el dinero, el 
        poder y el control, a las cuales las mujeres no son inmunes.  
       
      Situaciones reales como la barrera idiomática, la capacidad para 
        organizarse, el acceso a la tecnología y a la capacitación 
        convocan a una lectura minuciosa de este documento. Los informes del Norte 
        y del Sur contienen relatos similares de mujeres ante el desafío 
        de los medios. Uno de los principales es introducir la perspectiva de 
        género en ellos. Es muy difícil lograr cambios en las actitudes 
        de los editores y de los dueños de los medios. Solicitar un diálogo 
        y un debate abierto en los mismos sobre las necesidades de las mujeres 
        es muchas veces visto como un tabú y una temática casi imposible 
        de tratar.  
      Las mujeres están preocupadas por la globalización y por 
        el control y el acceso a las tecnologías y las ondas radioeléctricas. 
        En este informe, se constata que casi universalmente, las corporaciones 
        de la comunicación y la concentración de los medios en las 
        manos de unos pocos no son buenas noticias para ellas.  
      Este informe muestra que las agendas se superponen, y que, a veces, las 
        prioridades difieren. Una investigación muy importante se ha llevado 
        a cabo internacionalmente, en el nivel regional y en los países, 
        para obtener un cuadro de la imagen que se transmite y de la situación 
        de las mujeres en los medios, y los datos no son alentadores. A medida 
        que más y más mujeres alrededor del mundo se juntan para 
        fijar estrategias sobre como cambiar esta imagen, la misma se hace cada 
        vez más difícil de transformar. Y este es uno de los desafíos 
        para el siglo XXI que recién comienza.  
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